La Purple Kush es una cepa nacida para crecer. Podrás disfrutar de una floración efectista en 60 días, deslumbrando tu jardín con un festival de colores y de aromas, si bien a partir de la cuarta semana empezarán a asomar los tonos morados en unos cogollos crecientes cargados de resina. Tanto en lo estético como en lo sensitivo, la planta que verás evolucionar es un espectáculo en sí misma. Su dulzura es tan intensa que puede ser una auténtica tentación para más de una plaga, pero no hay nada que temer: está diseñada para resistir tanto a los ácaros como a los tratamientos necesarios contra ellos. Tendrás la sensación de estar criando una planta de algodón de azúcar de color púrpura.

El tono púrpura o la abundancia de color pueden depender del fenotipo, pero el sabor de la Purple Kush siempre será inigualable. Mientras que la combinación de índicas de su ascendiente Black Domina pone las notas con sabor a tierra y a pino, la dominante Kush deja ese sabor afrutado y dulce, a melocotón, uva o frutos silvestres.

Como degustación es una experiencia eminentemente nocturna. Con Purple Kush entras en un crescendo delicioso que tras explotar en tu mente te confiere un estado relajado y apacible. No obstante, el efecto sedante índico no es demasiado fuerte, no te vas a sentir anulado, sino tranquilo. Esta variedad está especialmente indicada para paliar posibles migrañas y dolores de cabeza, sobre todo si su origen es el estrés. Un auténtico sofá mental cargado de sofisticación.